Super Woman Ziorza Villa y "su fiel escudero" Oier Asla se presentaban en la línea de salida del Infiernu Cántabro (de carretera). Tenían dos opciones de recorrido pero para ellos no hay discusión: Siempre "La Larga" ... 310 km y 6500 m (!!)
En 13h 09 min estaban en meta, Bravo Bravísimo por ellos. Menuda dupla letal que forman (!!)
Ziortza por su parte no sólo cruzó la línea de llegada como primera y única chica sino que se convierte en LA PRIMERA CHICA EN COMPLETAR EL RECORRIDO LARGO.
La más sentida ENHORABUENA desde estas líneas, a ella y a Oier, por supuesto.
(tenéis su SuperCrónica más abajo)
CRÓNICA SOPLAO GRANFONDO 2014 (por Ziortza Villa):
Es imposible no rendirse a los pies de esta tierra llamada Cantabria de apellido infinita que ofrece el paraiso a todo amante de este deporte llamado ciclismo.
He soñado con ese recorrido cada día de este año. El gran objetivo de la temporada donde el reto lejos de intentar ganar a nadie consistia en luchar por lograr un sueño.
Siempre fui consciente de su dificultad. El margen de error era proporcional al del exito. La apuesta a una carta, a por todas. Como realmente se hacen las cosas que merecen la pena.
La planificación de toda una temporada tenía como fín estos 310 kilometros con 6000 metros de desnivel positivo acumulado, lo que equivale a 4 ascensos al Tourmalet. 14 horas para conseguirlo y lo más dificil todavía, un tiempo de corte que obliga a cuaqluiera que quiera afrontar el reto a salir a tope desde el primer kilometro. En el caso de las mujeres una vuelta de tuerca más, ya que tan solo las primeras que logran la etapa de 225 pasan el cruce. Quizas por ello nunca antes ninguna lo intento, dato que me ofreció motivación y respeto en la misma medida.
Conocía el recorrido a la perfección, por ello, además del entrenamiento físico teniamos la estrategia clara. Rodar a la intensidad del recorrido corto a contrarelog.
El primer paso por Pechon lo pasamos con una ventaja de 4 minutos. En carroza pude ir unos cuantos km gracias al team pedaleamos y Telecom con Natxo de jefe de filas, pero el las duras rampas de Soplao incluidas en el recorrido por primera vez este año y el viento en contra en Piedrasluengas nos retraso más de 15 minutos.
Aprobechamos cada pedalada de la bajada hasta la Hermida pero tuvimos que enfrentarnos a las colladas con 12 minutos de retraso.
Los puertos en ciclismo son como las matematicas. O eres de los elegidos o tienes que aplicarte el cuento para poder aprobarlas, yo sin duda pertenezco al segundo grupo. Tuve que pedalear por encima de mis posibilidades mientras el tiempo corria en nuestra contra.
Nunca olvidaré el infierno vivido en Carmona y todo el apoyo recibido de todas esas personas ánonimas que desde las cunetas te dan aliento. Entre ellas un conocido el aita de Natxete, que solo confirma ese refran del palo y la astilla. Subi Carmona sin sentir el pie derecho de tanto empujar el pedal. Tanto es así que una vez pasado ese corte lo primero qie hice fue quitarme la bota, pedalenado varios kilometros con solo el calcentín.
Impresionante el momento del cruce con toda la gente alli gritandonos.
A partir de ahi llego la verdadera etapa de gran fondo, donde uno tira de lo que ha ido cosechando, como hacen las hormiguitas. Kilometros donde disfrutamos muchisimo de ese dulce sufrimiento que hace tan grande este deporte.
El coche de apoyo con Rober con mis botas de repuesto hicieron que pudiera volver a pedalear con calas. Su asistencia en carretara durante toda la etapa final impresionante y su apoyo incondicional durante la etapa y hasta llegar a ella me deja sin palabras de agradecimiento.
El gran Sugoi, pilar fundamental para mi en este reto, y su acompañante, tambien nos acompañaron decenas de kilometros con sus palabras de ánimo y cariño.
La organización espectacular, impresionante el trato de los voluntarios y de toda la gente que animaba en los puertos. En esos momentos en los que solo se ve la esencia de lo que eres todo es grande y todo es pequeño a la vez, solo vale lo que sientes.
Los últimos kilometros fueron para nosotros. Todo el mundo estaba ya en meta. Pedi a Oier Asla poder entrar con el. Nada que decir de el que no haya dicho ya. El mejor compañero para una etapa de esta talla. Un amigo de esos para toda la vida con el que me alegra infinito compartir este recuerdo.
No he vivido nada comparado a cruzar la meta de la etapa de Granfondo del Soplao. Puedo afirmar con rotundidad que cruzar el infierno tiene regalado el cielo.
El sueño esta vez ha sido una realidad y es que no hay nada que la ilusión no pueda conseguir. No se trata de ganar a nadie, se trata de dar lo mejor, de luchar por lo que quieres, de mirar a atras y ver que eres mejor que ayer, sin olvidar que hay que seguir trabajando para ser peor de lo que vas a ser mañana.
Eso es la vida, eso es el deporte para mi...
Así que solo me queda agradeceros tanto a todos los que de una manera o de otra me habeis acompañado es estos kilometros de vida, en lo personal y en lo deportivo.
Ya sabeis cada uno de vosotros quienes sois y porque os llevo conmigo.
Que sepais que a partir de ahora un trocito de mi corazón pertenece al infierno.