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domingo, 29 de junio de 2014

2014.06.29 - LUCHON-BAIONA


Nuestros Carreteros en acción de nuevo, un poco accidentada esta vez como nos cuenta Zior en su crónica:

CRÓNICA LUCHON BAIONA 2014


Esta vez no hay foto de meta y no la hay porque sencillamente no llegamos a ella, aunque nadie podrá quitarnos la experiencia de haber participado en la más mítica de las pruebas de gran fondo que existen en el calendario.
A las 6:30 a.m. tomamos las salida desde Luchon el centenar de los ciclistas que llevabamos la intención de hacer la etapa en un solo dia, con media hora de adelanto respecto al resto que completaban unos mil y que lo harian en dos días.
Supongo que los ciclistas que toman parte en este tipo de pruebas somos un tanto peculiares y es por ello porque el pequeño peloton en el salimos es sín duda el más heterogeneo en el que he tomado parte. Me alucino ver que la única femina que vi en el me doblaba la edad. Y es que son ese tipo de cosas las que hacen grande estas etapas miticas. En ellas, queda relegado el peso de la bicicleta o el casco de última generación que uno lleva puesto, porque para recorrer el pirineo de una atacada, lo que hace falta es pasión.

Los tiempos tampoco importan demasiado, no hay chip ni cosas por el estilo. Todo esto queda sustituido por un par de hombrecillos con una mesa en cada puerto, que poniendote un sello en la documentación, acreditan que has coronado cada puerto, como a la antigua usanza.
Oier Asla, el mejor compañero haya donde los haya, con el que he tenido la suerte de compartir cada una de las grandes etapas de este año, junto con Rober y toda la logisctica mecánica en el coche de apoyo era el equipo perfecto para enfrentar este duro reto.
La subida al Peyresourde, con las piernas aún frescas a pesar de la dureza de su porcentajes la hicimos sin mayor dificutad. Casi sín descanso ascendimos el Aspín que también fue benevolo con nosotros. No fue hasta el Tourmalet donde la montaña nos recordo donde estabamos. El desnivel acumulado, más de 3000 en 80 kilometros, y el fuerte viento que pega en esas cimas pusieron muy dificiles los ultimos kilometros desde la Mongie. Momentos que uno olvida con la gloria de tocar no el más duro ni el más bonito de los puertos, pero si el mayor templo ciclista. 
La bajada con mucha precaución también por el viento y el rodaje hasta los últimos puertos intentando recuperar.
Hubo que hacer una parada técnica en los primeros kilometros del Soulor para hacer unos estiramientos y comer algo solido y con un poco menos ritmo del normal coronamos también el Soulor. 
Desde alli, solo nos quedaban los escasos 7 km que unen este puerto con el Aubisque y los dos sabiamos que una vez coronado este la etapa la teniamos hecha, ya que a partir de aquí y hasta Baiona donde estaba la meta, apenas queda desnivel y es un terreno favorable para mi.
Devoramos estos kilometros con buen ánimo, hasta que a escasos dos kilometros de coronar el viento empezo a golpear fuerte. Es lo que tiene el Pirineo. Su belleza es solo equiparada a su grandiosidad.
Rober nos adelanto con la furgoneta a un kilometro del col y quedamos en que nos esperaba arriba con algo ropa y comida. Cuando aparco y fue consciente del vendaval decidio venir al encuentro en bicicleta y quizas poder echar una mano a Oier para arroparme un poquito ante aquel viento.
Al de 100 metros de iniciar el descenso una fuerte racha de viento le tumbo haciendole pegar con la cebeza el suelo y en esa última curva que nos quedaba para coronar nos encontramos con el panorama.
Gracias a que la ambulancia llego rapido y nos trasladaron al hospital de Pau. Parece que las lesiones evolucionan bien y para lo que podía haber pasado en unos días recordaremos esto solo como un gran susto, pero supongo que es ante estas cosas cuando uno es consciente de los riesgos que existen. Estan ahi, y estan para todos, así que la lectura que puedo hacer ante esta etapa es esa. 
Sín duda este deporte no da mucho más de lo que nos pide, nos da vida a cambio de esfuerzo y solo por la ilusión que nos proporciona, por todos los buenos momentos que nos regala, por todas las personas con la que nos relaciona a través de el merece, a todos nosotros nos merece la pena practicarlo sín dejar nunca de ser consciente de lo que supone enfrentarse a la carretera, enfrentarse a la montaña.
Respecto a la prueba decir que aún no habiendola acabado ha sido un placer quedarnos a escasos 100 metros de recorrer el pirineo y que sin duda tenenos dos largos años para seguir acumulando ilusión para intentarlo en su proxima edición.
Gracias a tod@s los que me habeis apoyado de una u otra menera en cada uno de los retos a los que me enfrentado a lo largo de esta temporada. Ha sido sín duda un año inolvidable lleno de sueños cumplidos que me han echo crecer infinito deportivamente hablando y me han proporcionado muchísimo a nivel personal. Y con esta etapa empiezan las merecidas vacaciones de la Dama Orka que tan feliz me ha hecho este tiempo.







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